miércoles, 3 de agosto de 2011

Nos has enviado, Señor, un pan del cielo que encierra en sí toda delicia y satisface todos los gusto


Ven, Señor, en ayuda de tus hijos; derrama tu bondad inagotable sobre los que te suplican, y renueva y protege la obra de tus manos en favor de los que te alaban como creador y como guía.
Dios mío, ven en mi ayuda; Señor, date prisa en socorrerme. Tú eres mi auxilio y mi salvación; Señor, no tardes.
Meditacion con La Palabra

Evangelio san Mateo 14,13-21.

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en barca a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar vio Jesús a la muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos. Como ya se hacía tarde, se acercaron sus discípulos a decirle:
"Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para que vayan a las aldeas y compren algo de comer". Pero Jesús les replicó: "No hace falta que vayan; denles ustedes de comer". Ellos le replicaron: "No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados". El les dijo: "Tráiganmelos". Luego mandó que la gente se recostara en la hierba. Tomó los cinco panes y los dos pescados, alzó la mirada al cielo, pronunció una bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente. Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que habían sobrado se llenaron doce canastos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Peticion que se hace en la Liturgia de la Misa
Santifica, Señor, estos dones y por medio del sacrificio de tu Hijo, transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda.

Meditacion
Una gran multitud ha seguido a Jesús lejos de los lugares habitados. Van detrás de Él sin preocuparse de las distancias, del calor o del frío, porque es mucha su necesidad y se sienten acogidos. Están pendientes de aquellas palabras que dan un sentido a sus vidas, y hasta se olvidan de lo más elemental: no llevan provisiones para comer, ni hay dónde comprarlas. Esto no parece preocuparles, ni a ellos ni a Jesús. Pero los discípulos se dan cuenta de la situación y, al atardecer, acuden al Maestro, y le dicen: El lugar es desierto y ya ha pasado la hora; despide a la gente para que vayan a las aldeas a comprar alimentos. Esta es la realidad, que parece evidente a todos. Pero Jesús sabe una realidad más alta, de unas posibilidades que los discípulos más íntimos parecen desconocer. Por eso, les contesta: No tienen necesidad de ir, dadles vosotros de comer. Pero ellos, bien conocedores de su indigencia, le dicen: No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces.

El optimismo del cristiano es consecuencia de su fe, no de las circunstancias. Sabe que el Señor ha dispuesto todo para su mayor bien, y que Él sabe sacar fruto incluso de los aparentes fracasos; a la vez, nos pide emplear todos los medios humanos a nuestro alcance, sin dejar ni uno solo: los cinco panes y los dos peces. El Señor quiere que pongamos los pocos panes y peces que siempre tenemos y que confiemos en Él con rectitud de intención. Unos frutos llegarán enseguida, otros los reserva el Señor para el momento y la ocasión oportuna, que Él bien conoce; siempre llegarán.
Hemos de convencernos de que nosotros somos nada y nada podemos por nosotros mismos, pero Jesús está a nuestro lado.

Oremos dando Gracias por el Pan de cada Dia

Padre bueno,
Señor del cielo y de la tierra,
te alabamos
por el mundo que nos diste:
sus amaneceres y atardeceres
nos recuerdan tu presencia y
tu grandeza,
sus flores, sus montañas, sus mares
nos hablan de tu belleza y
de tu generosidad,
las estrellas del cielo, la luna, el sol
nos devuelven tu mirada serena,
sacramentos de tu mano creadora,
artesana de la vida. Te alabamos, Padre,
Señor de la historia.
Tu actúas entre nosotros,
no nos dejas solos ni abandonados

Te revelas y te muestras
en los sencillos,
en los pequeños y
en los pobres.
Nos animas
desde la hermosa creación.
Nos das las pistas para seguirte
en tu Palabra revelada.

Te alabamos Padre
y te damos gracias.
¡Caminas con nosotros!
¡Estás a nuestro lado!
¡Nos llamas a la esperanza!
¡Nos descubres
los caminos del Reino!
Te alabamos Padre.
Danos fuerzas
para escucharte,
ser fieles a tu llamado
y construir tu Reino.


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